Nuestra Patria Argentina, luego de su heroica gesta
independentista que liberó medio continente de la mano del Gral. San Martín,
luchó internamente derramando sangre de hermanos para encontrar un pacto constitutivo
llamado Constitución Nacional que permitiese a todos vivir en hermandad.
En esta coyuntura electoral, de tristes
agravios entre argentinos es bueno recordar los pensamientos rectores de
nuestra Constitución y su preámbulo, un verdadero rezo laico, que permitió y
permite que miles de hombres de buena fe vengan al generoso suelo argentino.
Fue Juan Bautista Alberdi quien sentó las
Bases de doctrinarias de nuestra ley suprema.
Quería recordar la grandeza de nuestros
padres fundadores que buscaron la hermandad de los argentinos.
Preámbulo de la Constitución Nacional
Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando a la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina. |
Lic. Marcelo Dario Cabrera
Instituto Manuel Dorrego